sábado, 27 de agosto de 2011

Solo


Es solo un instante
profundo.
No duele.
Inexplicable
como la muerte.
Sientes
que estás solo
en el mundo.
Vivo
y solo.
Un instante.
Nada más.

martes, 23 de agosto de 2011

Biblioteca


Mi primer libro
es un libro robado.
Ayer, mientras ordenaba
la biblioteca,
pasó por mis manos
y al abrirlo
una vez más
volví a leer la dedicatoria
que mi madre
escribió hace tanto tiempo:
“A José Luis, con cariño,
para que la lectura de este libro
te haga pasar buenos ratos.
Tu mamá”.
Mi hermano mayor
pasaba alguna enfermedad
que no recuerdo
y ella le regaló,
para distraer su convalecencia,
Los tres mosqueteros
de Alejandro Dumas, padre.
No sé si le gustó
ni si apreció nunca el libro.
Seguramente sí.
Pero yo lo codicié
en cuanto lo leí,
como siempre he codiciado
todos los libros
que han derramado sobre mí
su placer.
Los atesoro en mi biblioteca
y me imagino que esperan
con paciencia de viejo amigo
a que algún día, de nuevo,
los lea.

miércoles, 3 de agosto de 2011

La llamada


Yo quería estudiar,
quería aprender.
Pero en el colegio
no me daban nada
de lo que yo necesitaba.
Podía atisbar
en algunos profesores
un esfuerzo,
un deseo de ayudarme.
Pero al final caían
en su jerga,
atrapados por un sistema
que solo les permitía ocuparse
de mi comportamiento problemático.
Eso era lo fácil.
Lo difícil era ver mi alma,
la poesía que había en mí,
mi deseo de belleza.
Ellos no sabían
o no podían mostrármela.
No hubo ningún mago,
ni tampoco ninguna estrella
que me guiara hacia el norte
de mi destino.
Tuve que explorar a tientas.
Y tardé mucho en descubrir
lo que había venido a hacer aquí,
en este mundo.
El viaje fue duro
y a veces sentí la tentación
de rechazar la llamada
a comprometerme con la vida.
Me hizo falta además
osadía
para querer ser
un buen profesor
y un buen poeta.