domingo, 22 de enero de 2012
Prefiero volver a fracasar
Prefiero volver a fracasar,
prefiero no ser feliz,
prefiero estar loco,
no tener memoria,
hundirme en el abismo,
mirarme en un espejo roto.
Prefiero no tener valor,
sentirme estúpido,
miserable,
estar equivocado,
hacerlo todo mal.
Prefiero ser vulgar,
prefiero las complicaciones,
prefiero ir al sicólogo,
prefiero ser abandonado,
no olvidar,
ser un extraño,
dejarme caer en la desesperación.
Prefiero las noches tristes,
las pesadillas, las lágrimas,
las ortigas.
Prefiero que las cosas no tengan sentido,
prefiero no tener razón,
decir inconveniencias,
ser castigado
como un niño que se ha portado mal.
Prefiero la discordia,
la envidia, la humillación,
el menosprecio, el desengaño.
Prefiero ser viejo
y estar enfermo.
Prefiero la cruda realidad.
Lo prefiero
a no haber vivido.
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Tal vez la vida sea, como dijo don Mario, un paréntesis entre dos nadas, pero un paréntesis que vale la pena. Gracias por este poema lleno de vida a rajatabla.
ResponderEliminar¿Cómo estuvo la presentación? Por lo visto fue inspiradora, ¿verdad?
Cariños.
Muchas gracias, Ana. Sí, desde luego soy de los que creen que la vida vale siempre la pena.
ResponderEliminarLa presentación estuvo emocionante.
Aún estoy recuperándome de tanta emoción. Necesito volver a tocar la tierra con los pies.
Cariños y sonrisas.
Felicidades por tu presentación y por este manifiesto de vida. Vale la pena vivirla con todos sus malos ratos.
ResponderEliminarUn abrazo
Juan Carlos, estás vivo y reflexionas de forma visceral y apasionada sobre la existencia. Vales. Abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo también para vosotros, Mar y Gustavo. Y una hermosa sonrisa.
ResponderEliminarTu poesía es vital, Juan. La celebro y agradezco. Un gran abrazo.
EliminarEs grandioso, sencillamente.
ResponderEliminarEstoy contigo; la vida siempre merece las penas.
ResponderEliminarHermoso grito, escrito, sin duda, desde las asaduras.
Un saludo