lunes, 19 de agosto de 2019

Cincuenta y cinco


Cincuenta y cinco ¿y qué?
La vida empieza aquí
con la libertad de los cincuenta y cinco
con esta identidad, esta música
esta fascinación de estar en el mundo
con cincuenta y cinco
con el impulso, con el juego
con el encantamiento de los cincuenta y cinco
tan bien, tan amplio, tan exacto
que estoy entrando en la transparencia
de los cincuenta y cinco
como cuando uno ha dormido con mansedumbre
y cuando despierta
toda la cerrazón se ha ido sin ruido.

Hablo por mí
¿qué sabe nadie de este frenesí mío
de esta suerte gozosa de mis cincuenta y cinco?
Ni yo mismo sé
de la locura que es tenerlos
haberlos vivido de uno en uno
hasta la calvicie
de mi cabeza pelada.
Nadie, nadie, nadie sabe
de qué están hechos los cincuenta y cinco
que mi cuerpo habita
con esta nariz que ha olido tanto
con estos ojos que han visto tanto
con esta boca que ha besado tanto
y con tanto amor.

Todo ha sido tan rápido.
Cincuenta y cinco vertiginosos
caudalosos años
que entraban y salían con elegancia filósofa
cincuenta y cinco desafíos
que tiran de mí hacia el paraíso
de los sesenta, los setenta o más.

Voy corriendo, volando impúdico
con el frescor
con la lúcida germinación
de mis recién estrenados
cincuenta y cinco.

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