jueves, 1 de septiembre de 2016
Sufro mucho de escrúpulos
Sufro mucho de escrúpulos.
Se me agarran a los nervios
a los tendones
me cruzan por el vientre
se me meten en los huesos
en la sangre y ascienden
hasta el corazón.
Si consigo sacudírmelos
un breve tiempo
vuelven a venir de nuevo
y se me clavan en la espalda
en el pecho
o en partes más delicadas.
He probado todos los tranquilizantes
pero es inútil,
se agarran a mi sistema nervioso
y es una tortura.
Imposible liberarse de ellos.
Lo único práctico,
lo único que me calma
llenándome de bienestar
es atender sus exigencias
y confiar en su utilidad
a la larga
como buenos consejeros.
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