La luna me da la hora
y me levanto de madrugada
en tinieblas.
Poco a poco va surgiendo la luz.
El sol recién nacido
me da los buenos días
sonriente y mi alma somnolienta
le saluda. Respiro.
Olfateo el perfume de las palabras
y llega el poema
por obra y gracia
del milagro del día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario