No te despiertes.
Continúa tu sueño.
Aún puedes vivir unos segundos
aquel día que se perdió
para siempre.
Continúa la historia.
Observa lo que pasa.
Sé testigo.
Tú estabas allí
y en cierta forma
vuelves a estar allí.
Misteriosamente, aquel día
se vuelve a repetir.
Estáis juntos un minuto más.
Disfruta de lo que os trasmitís
el uno al otro,
de la conversación hasta el amanecer.
Y ahora,
despierta en medio de la noche.
Y renuncia.
Se rompió el encanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario