martes, 29 de septiembre de 2015
Acariciar lo imposible
No hicimos el amor,
acariciamos lo imposible.
Imposible decir que fue mía
o que fui suyo
porque solo le pertenecíamos a la noche.
Solo existió el deseo
con su poder indomable
y su impaciencia
y la lucha de los cuerpos
en silencio.
Fuimos desnuda encarnación
de la pasión,
insólita victoria del placer,
acto de confianza
de no hacer nada
por consumar lo inalcanzable.
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¡Muy bueno, Juan! Gracias por compartir.
ResponderEliminarGracias, Ana. Un abrazo y una sonrisa.
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