domingo, 26 de mayo de 2013

Estragos


Aún estoy sufriendo
los estragos de la adolescencia.
No la mía,
yo ya estoy mayor.
Ahora toca sufrir
los estragos de la adolescencia
de los hijos.
Cuando yo tenía su edad
me encerraba todo el día en mi habitación.
Atrancaba la puerta
para que nadie pudiera entrar.
Tenía una madre
y un padre y un hermano
que vivían al otro lado de la puerta.
Dentro de mi habitación
estaban mis libros.
Yo era un soñador.
No necesitaba nada más.

Ahora los hijos sueñan
a través de una pantalla.
Yo intento sobrevivir
en mi propio salón
a una batalla campal.
Los adolescentes de hoy
saben pelear.
Se miden contigo.
Y todavía están creciendo.

Algún día entenderán la vida.
De momento, a mí me toca
ganar dinero
y pagar las facturas.


1 comentario:

  1. AL LEERTE, AMIGO JUAN, ME SIENTO MENOS SOLO Y MAS COMPRENDIDO...SIENTO Y PADEZCO LO MISMO...ABRAZO.

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