domingo, 26 de mayo de 2013

Estragos


Aún estoy sufriendo
los estragos de la adolescencia.
No la mía,
yo ya estoy mayor.
Ahora toca sufrir
los estragos de la adolescencia
de los hijos.
Cuando yo tenía su edad
me encerraba todo el día en mi habitación.
Atrancaba la puerta
para que nadie pudiera entrar.
Tenía una madre
y un padre y un hermano
que vivían al otro lado de la puerta.
Dentro de mi habitación
estaban mis libros.
Yo era un soñador.
No necesitaba nada más.

Ahora los hijos sueñan
a través de una pantalla.
Yo intento sobrevivir
en mi propio salón
a una batalla campal.
Los adolescentes de hoy
saben pelear.
Se miden contigo.
Y todavía están creciendo.

Algún día entenderán la vida.
De momento, a mí me toca
ganar dinero
y pagar las facturas.


sábado, 11 de mayo de 2013

Sobrevivir a la ausencia


Ni boca, ni ojos,
ni la mente que ocupa mi cabeza,
ni piernas que me llevan
a donde quiero ir,
ni pies que me sustentan,
ni brazos que aún son fuertes,
ni manos
con las que escribo
sobrevivirán.
Un día vendrá la muerte
a golpearme en la cabeza
y en el pecho
y dejaré de existir,
supongo.

No me inquieta,
ni me pone triste.
Todo termina.
Nada es eterno.
Pero qué extraordinario
sobrevivir a la ausencia
en los poemas.

domingo, 5 de mayo de 2013

Desierto



Busco el camino
a través del desierto.
Me gusta pensar
que atravesarlo
es un regalo.
Solo, sin alimentos, sin agua
busco el camino de la verdad,
del amor,
de la comprensión de la vida
y de la aceptación de la muerte.

El miedo me pide que vuelva:
“No vale la pena.
Ve a buscar tu alma
por el mundo”.
La envidia me grita:
“¡Tú no eres capaz!
¡Vuélvete, loco!
La gula me describe
comidas exquisitas.
La vanidad y el orgullo
se ríen de mí.
La ira me lanza órdenes.
La indolencia me anima a no preocuparme.
“Sueña”, me dice la avaricia,
y la lujuria, al fin, me tienta:
“Mira todas las hermosas mujeres
que podrías conseguir”.

¿Lograré atravesar el desierto?
¿Encontraré el camino?
¿Conseguiré vaciarme
para poder llenarme
de algo nuevo?
Desierto,
ojalá que tu luz
ilumine las sombras
de mi corazón.