sábado, 23 de marzo de 2019

Hace buen tiempo


Hace buen tiempo.
Estoy esperando a que mi hijo se despierte
y me rodee el cuello con sus brazos.
Tiene dos años y medio encantadores.
Verle reír y corretear alocadamente a mi alrededor
es una delicia.
Incluso cuando se presenta llorando
en mitad de la noche, tan frágil,
y se mete en nuestra cama,
es encantador.

Hace buen tiempo.
Es hora de levantarse, hijo.
Tenemos el día entero por delante,
todo el día para disfrutar juntos
de la alegría de la vida.

martes, 19 de marzo de 2019

Hoy


Hoy quiero dedicarme por entero
a cuidar de mis pensamientos
a mirarlos en calma
cuando aparezcan de repente.
Hoy será un día distinto.
Voy a permitirme verlos pasar
tranquilamente, despacio,
uno tras otro,
el día entero enfocado
en la actividad secreta de mi mente.
Cuando surjan
como pájaros saliendo de un árbol
voy a mirarlos volar
siguiendo su dirección
hasta que empiecen a dispersarse
y se marchen.

Hoy voy a dedicarme por entero
a cuidar de mis pensamientos
como cuando era un crío
y permanecía en silencio
pensativo
y eso me bastaba para ser feliz.

domingo, 3 de marzo de 2019

Tu padre es un poeta


Tu padre es un poeta
feliz y despreocupado
porque te quiere
y está contento
de compartir el día contigo
jugando y sonriendo.

Tu padre es un hombre
afortunado
que te lleva orgulloso a hombros
por todas partes
como si le hubieran concedido
el Premio Nobel.

Tu padre es un hombre
transformado
por tu amor
porque es una satisfacción y un placer
tener un niño
sobre el pecho abierto.

Tu padre está loco
de júbilo
y lo pone por escrito
porque te quiere
y quiere dejarlo escrito en verso
para siempre.

viernes, 1 de marzo de 2019

No leas este poema


A Ernesto Pentón Cuza,
hermano poeta.


No leas este poema
no sigas avanzando por estas palabras
no sucumbas a la tentación
o a la inercia,
sal rápidamente de estos versos
no sigas leyendo,
aún estás a tiempo
de salvarte de la decepción,
no rebases esta línea.
¡Huye!
Sé libre
de saber el final.
A estas alturas
¿todavía no has dejado de leer?
¿aún estás vacilando?
¡Vete ya, maldita sea!
Si sigues leyendo
nunca va a acabar este poema.

¡Vale!
Ya veo que no eres sumiso.
Lo acepto
con dudas razonables.
Tú ganas.
Has resistido.
Y a mí se me ha olvidado ya
cómo acababa este poema.