sábado, 25 de diciembre de 2010

2010


Te marchas.
Te imagino preparando
el largo viaje que te espera
hacia el pasado
del que nunca vas a volver.
Imagino también
cuántos adioses
estás a punto de recibir.
Te recordaremos
con nostalgia
y con dolor,
con alegría
y con tristeza
porque de todo
nos ha tocado vivir
contigo.
Ya casi has cumplido tu tarea
y llega el momento
inevitable
del adiós.
Es la hora
de agradecerte
todo lo que nos has hecho vivir.
Gracias sobre todo
por el amor
que da sentido a la vida.
Pero gracias también
por todo lo demás.
Incluso los momentos difíciles
ha merecido la pena
vivirlos.
Gracias finalmente
por dejarnos la esperanza
de que entre todos
podamos construir
un mundo mejor.
Adios 2010.
Buen viaje.

jueves, 23 de diciembre de 2010

El punto gordo


Mi punto flaco
era la falta de confianza.
Cuando releía
un tiempo después
lo que había escrito
no me gustaba.
Me daba vergüenza
que algún día
alguien lo leyera
y se riera de mí.

Cuando escribo
confieso la verdad
sobre mí mismo
con la sinceridad de un niño.
Y confío
en que me comprendan
y tal vez se emocionen
y hasta puede
que se identifiquen conmigo
y que mi historia
se parezca a la de otras personas
y mis preocupaciones
y mis sueños
sean también los suyos.

Afortunadamente,
nunca me falló
el impulso de escribir.
Ese era
mi punto gordo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Desde tu futuro


No puedo decirte
que vas a ser famoso
ni que ganarás premios
ni que te harás rico.
Te harás, simplemente,
más viejo.
Pero eso tú ya lo sabes.
Lo que no sabes
y por eso te escribo
desde tu futuro
es que te sentirás satisfecho.
Sigue escribiendo,
trabaja, persevera.
Será suficiente.
Ten confianza en ti mismo,
utiliza tu imaginación
para crear,
contribuye en lo que puedas
a mejorar el mundo,
aprovecha los reveses,
no sólo lo bueno es un regalo,
también a los errores
y a las penas
hay que estarle agradecido
porque sirven para aprender, mejorar
y crecer.
Vive todas las experiencias a fondo
y, sobre todo,
acompaña, sirve,
ama a los demás
y aprende de ellos.

Te deseo, desde tu futuro,
desde el nuestro,
una vida plena y feliz.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Za, za


Za, za
golpea levemente la lluvia
sobre mi cabeza.
Za, za, suave,
lentamente.
A esta hora del atardecer
el za za de la lluvia
me conmueve
y me hace sentirme a gusto.
Za za
y la vida parece más muelle.
Za, za
y siento que soy feliz.
Lluvia suave
repiqueteando sobre mi cabeza,
za, za.

martes, 30 de noviembre de 2010

Viejos amigos


Sí, amigos,
ya vamos haciéndonos viejos.
Han pasado muchos años
desde que compartimos
aquel momento especial de nuestras vidas
que tanto nos unió.
Tiempos de colegio y facultad,
de fiestas y excursiones,
de grupos de teatro
donde fingimos ser mayores
(hoy fingimos ser más jóvenes),
tiempos de profundas conversaciones
sobre la hierba de algún parque,
de confidencias y de entrega…

Después de aquellos tiempos
el río de la vida
nos ha dejado como cantos rodados
en cualquier recodo.
A veces me apetece muchos veros
pero sólo os visito en la memoria.
Disculpadme la distancia,
no el olvido.
Nos veremos cualquier día,
aunque sea por pura coincidencia.

domingo, 28 de noviembre de 2010

El sueño



Al despertar esta mañana
he sentido vergüenza
por ser hombre.
Durante la noche,
en sueños,
he visitado una tierra muy pobre
pero hospitalaria.
Como regalo de bienvenida
me ofrecían mujeres.
Primero, mujeres extranjeras
muy hermosas.
Yo rechazaba el ofrecimiento.
Después, jóvenes púberes
que volví a rechazar.
Por último, no sabiendo ya
cómo complacerme,
me ofrecieron sus propias mujeres.
Al despertar y recordar lo soñado,
he sentido vergüenza.

Tratadas como objetos,
utilizadas como mercancías,
como botín de guerra,
casadas a la fuerza,
esclavizadas,
menospreciadas como a seres inferiores,
golpeadas,
violadas,
prostituidas,
asesinadas cruelmente…
Por los siglos de los siglos
sometidas a los hombres.
He pensado en las mujeres
y he sentido vergüenza de ser hombre.

Ahora, despierto,
sueño un mundo distinto
donde los hombres
no seremos nunca más
el infierno de las mujeres.

lunes, 22 de noviembre de 2010

El mundo huele


Convaleciente,
encerrado en casa
desde hace muchos días,
abro las ventanas
para tomar el aire.
Entra un fresco
y delicioso aroma
a cielo azul,
a parque,
a ciudad.
Me siento un prisionero.
Afuera,
el mundo huele
a vida.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Salto al vacío


Antes de saltar al vacío
pienso en la mañana del accidente.
Habíamos estado comprando semillas,
guantes y herramientas para trabajar en el huerto.
¡Qué expectativas de un día feliz!
¡Y de qué forma tan horrible acabó!
Mi globo ocular atravesado
por una pieza metálica de tres milímetros.
Recuerdo el instante de aturdimiento
tras el impacto.
Cómo apagué el motor de la desbrozadora,
la dejé en el suelo lentamente
y me volví hacia el grupo.
Alguien más debía haber pensado
que esa máquina traería alguna desgracia
porque oí que decían:
“ya está, ya ha pasado algo”.
Yo también lo había presentido
pero no le hice ningún caso a mi intuición.
Supuse que era una máquina peligrosa
pero que todo era correcto.
No le tuve miedo.
Mi ojo izquierdo aguardo tranquilamente
la desdicha.
Aguardó para probar su temple,
lo que era capaz de soportar,
las agujas, las pinzas, el bisturí
trabajando sobre él,
el cirujano
inclinado sobre mi cara,
arañando mi globo ocular,
inmóvil,
indefenso…

Antes de saltar al vacío
me concentro en mi respiración.
Me relajo.
Dejo que mi espíritu
vaya apaciguándose lentamente.
Neutralizo
todo lo que lo perturba.
Me invade la paz
y salto
al vacío del pensamiento.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tarde o temprano



“Morir
es un arte, como todo.
Yo lo hago extraordinariamente bien.”
Sylvia Plath


A veces la muerte pasea con nosotros por el parque
a la espera de que la gruesa rama caiga sobre nuestras cabezas,
duerme a nuestro lado y sueña por nosotros con la nada,
se sube a nuestro coche y viaja atenta
a cualquier imprudencia, al más mínimo despiste.
¿Quién no ha sentido al filo de un acantilado su presencia,
su tacto húmedo y frío mientras nadaba contra las olas?
¿Quién no la ha visto entrar a su lado en el quirófano?
Tarde o temprano, la muerte triunfa,
porque siempre está cerca, aguardando
en cualquier cruce, en la escalera, en la bañera de tu casa
o en la puerta de un horno de gas.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Quirófano



“Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando…”


Elegí las Coplas a la muerte de su padre.
Un poema escrito hace cientos de años.
No recuerdo haberlo memorizado nunca
pero su ritmo es tan perfecto
como un mecanismo de relojería,
así que vive en mi cabeza
sólo porque lo he leído muchas veces.
Mis hombros y mi pecho
desnudos,
llenos de cables que me conectan
a una máquina,
un anestesista que busca
una vía de entrada por mis venas,
varios cirujanos,
¿es usted alérgico a algún medicamento?
luz intensa
como si el sol estuviera sobre mi cabeza.

“cuán presto se va el placer,
cómo después, de acordado,
da dolor,
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.”


Todo ha sido tan rápido,
tan inesperado,
que me resulta extraño
estar en un quirófano,
el alma despierta,
la mente
a punto de dormirse,
quizá para siempre.
Esa es la idea que pasa por mi cabeza
y elijo recitar las coplas
para mantener mi mente ocupada,
para tranquilizarme,
para serenarme,
para prepararme quizá
para un largo viaje,
porque presiento que la muerte
también se está preparando,
pendiente de mi ritmo cardiaco
y se ha puesto guantes quirúrgicos
por si también ella es necesaria.
Y mientras recito calladamente

“…Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y su halago,
vuestro corazón de acero
muestre su esfuerzo famoso
en este trago…”


siento unas manos femeninas,
cálidas y tiernas,
que me acarician la cara
y una voz dulce
me anuncia
que voy a quedarme dormido
y antes de llegar al final
de la copla,
entro suavemente en la bruma
de un sueño profundo
del que no sé si quiero
que alguien me saque
llamándome por mi nombre.

martes, 19 de octubre de 2010

Armonía


Saco mi lado femenino
y saco también mi lado masculino.
Los dos me pertenecen
y yo les pertenezco a ellos.
Viven apaciblemente dentro de mí,
y ahora quiero contemplarlos.
Un hombre y una mujer
tranquilos, orgullosos,
honrando su cuerpo,
que en ambos contiene un corazón
dispuesto al amor.
Y he aquí que mi lado femenino
y mi lado masculino se miran
Y entre ellos hay simpatía
pues no son enteramente diferentes.
Se estudian detenidamente
y terminan reconociendo
que es tan hermoso ser mujer
como ser hombre.
Mi lado masculino abre los brazos
y mi lado femenino no le rechaza.
Se acerca sonriente
y se estrechan en un cálido abrazo.
Yo también siento simpatía por ellos
y no los juzgo
para que puedan vivir dentro de mí
en paz y en armonía con mi alma.

lunes, 11 de octubre de 2010

Felicidad


Los árboles del parque
respiran
la tibieza del final del verano.
Los pájaros buscan alimento
entre la hierba.
Los niños juegan.
Las madres los observan
satisfechas.
Algún anciano pasea.
Me siento en un banco.
Felicidad.

viernes, 8 de octubre de 2010

Canto a mí mismo


Yo también
me celebro
y me canto
y me entrego
al ocio
y me tiendo
satisfecho
y me enamoro
de la vida
y saludo al sol.
Yo
y este misterio
que es el alma
(alma mía,
creo en ti).
Yo,
ocioso
sobre la hierba,
sano,
vigoroso,
alegre,
afortunado,
amo la vida
y la vida
me ama a mí.
Eso me basta.

martes, 5 de octubre de 2010

Fin de viaje


Nuestro último desayuno en Croacia en la terraza del hotel, frente al mar Adriático.
Antes de marcharnos de Pula, compramos un enorme queso de la isla de Pag, cuatro botellas de vino istrio, dos blancos y dos tintos, seis cervezas de medio litro Karlovacko y una botellita de aceite también de Istria. Queremos que el sabor de Croacia, nos acompañe un tiempo, después del regreso.
Atravesamos la penínusla de Istria. Jezabel conduce en silencio. Estamos un poco tristes, a punto de abandonar Croacia.
Éste ha sido un hermoso viaje. Le guardaré siempre mucho cariño. Gracias Croacia. Gracias vida por este nuevo regalo. Gracias Jezabel, amor mío.


El último lugar de inspiración
es una tierra de viñas y olivos:
Istria, epílogo de Croacia.
Atravesamos la península
en el viaje de la vida.
No podemos detenernos.
La vida continúa.
Montados en el vehículo
de la poesía,
lentamente,
salimos de Croacia.



Fin de viaje.
Dubrovnik,
Split,
Zagreb...
Conservaremos en la memoria
el recuerdo
de sus calles,
sus islas,
su mar,
su luz.
Croacia,
la deseada
por todos los pueblos
a lo largo de la Historia,
conquistadora
para siempre,
de nuestro amor.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Pula


Visitamos en primer lugar el famoso Coliseo romano. Bastante bien conservado. Nos sentamos un buen rato en sus gradas, como antaño los espectadores de las luchas de gladiadores. Parece que en la actualidad se celebran aquí espectáculos menos sangrientos. Mejor exaltar el espíritu.
Bajamos al casco antiguo y encontramos el viejo foro. Está anocheciendo. Templo de Augusto. ¡Qué hermosura! El lugar es perfecto para sentarse en una terracita. Descubrimos que una de ellas pertenece a una enoteca. Nos vamos de cabeza.
Cata de vinos de Istria. Seis vinos diferentes, tres blancos y tres tintos. Nos orienta el camarero. Muy amable. Al final viene a charlar un rato sobre vinos. Nos pregunta cuál nos ha gustado más. De los blancos, el Malvazija Coronica, de sabor intenso y aterciopelado. De los tintos, el Teran Franc Armach, del 2006. Seis meses en barrica. Sabor a cuero, setas y tierra húmeda. Nos llevamos una botella de cada uno.
Salimos de la enoteca un pelin mareados (un pelín "kovac") Esta vez, yo, un pelín y Jezabel bastante kovac. Nos reímos muchísimo cada vez que se le traba la lengua.
Vuelta al hotel. Risas y más risas. Jezabel tiene unas equivocaciones graciosísimas. Insiste en subir al cuarto piso apretando el botón del cero en el ascensor. Nos partimos de risa.
Cae en la cama fulminada.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sibenik


Sibenik. Después de pasear por las callejuelas del casco antiguo cenamos en el restaurante Tinel, en una terracita elevada sobre una plazuela bastante tranquila. Casas de piedra a nuestro alrededor. La luna, casi llena, acompañándonos. Según nuestra guía, "este restaurante ofrece una de las mejores experiencias culinarias de la ciudad". Y efectivamente, la cena está riquísima. La acompañamos, además, con una botella de vino Malvazija istrio. De postre crepes de chocolate negro fundido y para terminar, un chupito de Pelinkovac, un licorcito dulce, aunque con un regusto amargo.
Estamos un "pelín Kovac", bromeamos. Jezabel está un pelín, yo estoy bastante kovac.
El camarero es simpatiquísimo. Nos apunta el nombre del licor y me ofrece un poco de otro licor más dulce, Orahovac. Muy rico.
El camarero charla con los clientes de otra mesa. Al poco, se va y vuelve con una guitarra. Canta canciones tradicionales, suponemos. Las dos parejas le acompañan, sobre todo los dos hombres, que cantan animadamente. Tienen voces bonitas. Nos ofrecen una pequeña serenata nocturna. ¡Qué bonito!
Será un día feliz para el recuerdo. Nos despedidos de él. Gracias.


Cierro los ojos
y veo el mar.
Apenas me queda
un hilo de conciencia.
Barcos
que surcan
el azul.
Gaviotas.
Azul
del cielo.
Nuestro puente.
Nosotros,
apenas dibujados
en él.
Nos damos
un beso
largo...
Con esta
última
imagen
me duermo.
Fundido
en azul.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Dubrovnik


Miércoles, 25 de agosto. Dubrovnik. Hacia las ocho y media de la mañana, hemos llegado al puente que hay a la entrada de la ciudad. Las vistas son magníficas. Islas muy verdes y un mar muy azul.
Dejamos el coche en el aparcamiento, junto al mirador. A pesar de ser temprano llegan varios autocares con turistas. Todos bajan cámara en ristre. Afortunadamente a ninguno se le ocurre cruzar el largo puente andando. Somos los únicos.
Lo recorremos lentamente, casi hasta el otro lado. Estamos un rato en silencio, contemplando el mar. El paisaje trasmite una extraña energía. Nos abrazamos. Regresamos hasta la mitad del puente.
Miramos los barcos que salen de Dubrovnik y se encaminan entre las islas a mar abierto. Es hermoso ver como avanzan lentamente dejando una estela de ondas a su paso.
Tiernas palabras de amor. Nos decimos cuánto nos queremos. Nos abrazamos intensamente. Nos besamos. Volvemos a contemplar el mar, largo rato...

Nos vamos a Dubrovnik. Es impresionante. Entramos cogidos de la mano, boquiabiertos.
Desayuno por todo lo alto en el Stradun, la calle principal que divide el casco antiguo de Dubrovnik. Paseo. Siento ternura y mucha paz.


El porvenir está
en un puente de Croacia.
La Naturaleza
se viste de gala.
Caricias del sol
y el viento.
Besos de las flores,
abrazos de los árboles,
y el río, viajero,
llegando al mar,
atravesando
nuestro destino.
Felicidad
de la unión.


miércoles, 22 de septiembre de 2010

Islas


Regalo del mar.
Las islas no lo saben,
pero han nacido
para ser el sueño
de los hombres.
Milenarias,
invitan a vivir
breve,
eternamente
en ellas.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Isla de Vis II


Volvemos a la ciudad de Vis, que da nombre a la isla. Paseamos a lo largo del puerto y las callejuelas junto a la bahía en forma de herradura. Anochece. Muchos veleros y yates con gente de fiesta. Recorrer las islas y la costa del Adriático en barco debe ser maravilloso. Quién tuviera dinero para permitirse el lujo.
Nos asombra que en algunos yates haya grupos de jóvenes pasándoselo en grande. ¿Será de alguno de ellos el barco? ¿De sus padres? ¿Lo habrán alquilado entre todos? Afortunados, en cualquier caso. Pero no siento envidia. Yo también me siento afortunado. Simplemente, la vida me hace otros regalos. Y no menos envidiables.
Entramos en una vinoteca a probar los famosos vinos de la isla. Tomamos un tinto del 2005, uva Plavac, seis meses en barrica. Un cierto recuerdo a pasas y a tostados. Muy rico. También catamos un blanco, Vugaba. Rico, pero me gusta más e tinto.
Cenamos en una terracita del barrio de Kut, al sureste de la bahía, frente al puerto. Es más tranquilo que la parte noroeste, Luka. Dorada a la brasa y arroz negro con calamares. Vino blanco Vugaba. Menos rico que el de la vinoteca, pero también bueno. Un placer.
Paseo de regreso por el puerto, dejando en la noche, el rastro de nuetra dicha.



jueves, 16 de septiembre de 2010

Isla de Vis


Rukavac, una pequeñísima población costera frente a la isla deshabitada de Ravnik. Cerveza Karlovacko en una terraza con maravillosas vistas al mar. Veleros. Bañistas.
Jezabel lectora. Yo, escritor. El agua del mar, cristalina, azul con irisaciones. Está absolutamente en calma. Apenas leves ondulaciones como si fuera un inmenso lago. Tan tranquilas que parece que podría andarse sobre ellas. Inmenso campo azul cuajado de islotes.
Besos de Jezabel. Sus "te quiero" y mis "te quiero". Y el mar azul. Todo perfecto.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Split


Esperando para coger el ferry a la isla de Vis. Ocho y media de la mañana.
Anoche disfrutamos mucho en Split. Después de subir por la empinada calle Seniska, llegamos a un mirador en el que había una terraza con unas vistas magníficas de la ciudad. Tras unas fotos nocturnas, nos acomodamos en un sofá con unas cervezas. Buena música de jazz.
Pegados el uno al otro, abrazándonos. Nos sentimos muy a gusto. Contemplar la excelente vista de la ciudad produce relax. Disfrutamos de esta paz un buen rato.
Después de cenar volvemos al palacio de Diocleciano, el corazón de la ciudad. Ruinas del antiguo palacio del emperazdor, convertidas hoy en ciudad habitada. Con toda naturalidad, los habitantes de la ciudad viven dentro de lo que fue un inmenso pacacio. Fascina el contraste: viviendas con sus tendederos llenos de ropa, bares, restaurantes, negocios... junto a las más excelsas ruinas.
La plaza del peristilo ha sido tomada por un café-restaurante. Las escaleras que rodean el atrio sirven de curiosa terraza. En mitad del atrio se celebra un concierto. Música muy agradable. Nos sentamos y pedimos algo de beber. Apoyo la espalda en una enorme columna.
Este viaje me está ofreciendo muchos regalos. Este momento es uno de los más hermosos. Tiene algo mágico. Éste seía un momento perfecto para que el tiempo se detuviera para siempre.
El día de mi muerte intentaré volver a este lugar, a este momento, con la presencia de Jezabel en mi mente y en mi corazón. Así, la eternidad.
Ya hemos embarcado. Desde popa vemos alejarse la ciudad. Nos siguen las gaviotas.



Split se aleja.
¡Ay! El palacio.
El mar
envolviéndonos.
Viajamos hacia la isla
de Vis.
También
hacia la muerte.
Algún día
recordaré intensamente
el palacio de Split.
Cuando llegue el momento.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Zadar II


Toda la mañana paseando por Zadar. Callejuelas, casas antiguas, edificios históricos. También un mercadillo de frutas, verduras, flores, quesos, miel...
De vez en cuando, una terracita a la sombra para refrescarnos del calor sofocante.
Cuando ya estábamos cansados y pensando en marcharnos, nos acordamos de pronto de que aún no hemos visitado el "órgano del mar". Son unas escaleras de piedra huecas que descienden al mar, con un sistema de tubos y silbatos que emiten sonidos como de órgano, con el movimiento del oleaje.
Nos sentamos en las escaleras a escuchar. Suena maraviloso. Las olas interpretan la melodía del mar. Cierro los ojos y me inunda una sensación de irrealidad. Es la poesía del mar que me envuelve y me trasporta a un universo de fantasía. Ensoñaciones.


http://www.youtube.com/watch?v=4nISG7iBk-A&feature=related

domingo, 12 de septiembre de 2010

Zadar


Paseo por el casco antiguo de zadar. Mercadillo.
Cena en una terraza junto al muelle. Pececillos fritos y arroz negro con sepia. Todo muy rico.
Paseo nocturno. Hago muchas fotos junto a la estatua de bronce de un viejo con una caracola. Exposiciones largas, mientras la gente posa junto a la estatua para hacer sus propias fotos. Vienen y se van mientras el obturador está abierto. Fotos curiosas. En agunas, efecto fantasmal.
El viejo contempla, triste, su caracola. La gente sonrie alegre mientras posa para la fotografía, sin importarle su tristeza. Quizá piense en su infancia, cuando escuchaba el ulular del mar acercándose una caracola al oído. Ya nunca podrá volver a ser ese niño inocente. Melancolía.
Es tarde. Nos marchamos. El viejo de la mirada fija en una caracola se queda con sus recuerdos.





jueves, 9 de septiembre de 2010

Parque Natural de Plitvicka Jezera


Lo primero que llama la atención en el parque Natural de Plitvicka es el color del agua de sus lagos. Es un azul turquesa intenso. El agua es límpida, pura, como si fuera salida del manantial. Corre por cientos de cascadas de todos los tamaños. Canta.
A veces hay árboles caídos dentro del agua con aspecto de barco hundido hace mucho tiempo. Como el agua es cristalina, se les ve silenciosos, viviendo una segunda vida submarina.
Peces en todas las orillas. Muy tranquilos. Parecen esperar pacientemente a que alquien les eche las migajas del almuerzo. De vez en cuando, alguien lo hace y ellos se arremolinan y las devoran. No puedo resistir la tentación de echarles, yo también, unos trocitos de galleta. Ver el efecto, me produce una alegría infantil.
Al final del recorrido, la gran cascada. El agua se pulveriza a sus pies. Frescor. Uno se pondría debajo para recibir una impresionante ducha. En cualquier caso, ver caer el agua desde tan alto y escuchar su golpe es bastante impresionante.
Bosques de hayas a todo alrededor. Los árboles invitan a pasar a su fiesta silenciosa.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Zagreb II


Las calles del casco antiguo de Zagreb están llenas de terrazas. Esta es la ciudad de las terrazas. La gente se sienta cómodamente y se toma cualquier cosa durante horas. Todos los restaurantes, bares y cafés tienen terrazas y nadie te mete prisa cuando te sientas a contemplar cómo la ciudad respira. Hay muchos turistas y el ambiente resulta cosmopolita. La gente es amable. La ciudad es limpia y cómoda.
Hemos comido y cenado, cómo no, en terrazas, además de sentarnos en alguna otra para tomar algo y descansar. La cena, en un lugar encantador. Jezabel se reía cuando le decía que estaba guapísima, en el marco perfecto. Tras ella la plaza del mercado, la torre de una iglesia, de esas tan características de la ciudad, y la luna.



En la memoria,
ya para siempre,
Jezabel enmarcada
por Zagreb.
Luces nocturnas
de la ciudad,
luz de luna...
Y la tierra
girando
cuando nos cogíamos
de la mano.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Zagreb


Restaurante dálmata muy acogedor. El camarero es muy simpático. Nos ofrece comida típica: ranas, caracoles, anguilas... "¡Arggg!" exclama Jezabel. "¿Coméis eso?" "Sí. Está muy rico" responde, sonriente, el camarero.
Pedimos dos platos típicos con distintos tipos de carnes, verduritas y patatas. También unas bolas de pan frito, como buñuelos, servidas con queso fresco. Todo riquísimo. El vino, agradable.
Enciendo la vela de la mesa que está apagada. Como es mi cumpleaños, la soplo y pido un deseo: que estemos juntos y felices el resto de nuestra vida. Me dice que no lo diga en alto, para que se cumpla. Pero no dice nada de que no lo pueda escribir. Yo creo que dejándolo escrito aquí se cumplirá. Las palabras escritas tienen más fuerza y nunca se pueden olvidar.
Después de la cena, paseo cortito por Zagreb. Estamos cansados.
Reímos. Me encanta ver feliz a Jezabel.
Edificios inmensos con iluminación nocturna que hablan de las viejas glorias de la ciudad. Sueños.


A nuestros pies
Zagreb,
en la madrugada.
El paisaje de sus calles,
su Historia,
el tiempo invisble.
Los sueños flotan.
El mío,
en este lugar del mundo,
te contiene.
Seremos felices
en Zagreb.


(De Nuevos poemas)

sábado, 7 de agosto de 2010

Entrevista de Mar Suarez para la revista Azay Art Magazine


Juan Carlos Ortega: Regreso al punto de partida

Juan Carlos Ortega, filólogo y profesor de literatura, debutó con Regreso (Editorial Poesía eres tu, 2010), libro que llega al público lector de poesía en un momento de madurez creativa y vital del autor. Los versos no han surgido de la noche a la mañana sino que han tomado forma después de varios años de gestación poética íntima.
¿Por qué elegiste escribir Poesía?
Los géneros literarios no son moldes cerrados e inamovibles. De hecho muchos de mis poemas son bastantes narrativos y también estoy seguro de que algunos de ellos se podrían escenificar, o al menos, hacer con ellos una declamación bastante teatral. En la poesía, las pausas, por ejemplo, son de vital importancia. Y eso es evidente en una buena declamación. Recitar poesía tiene, pues, algo de teatral.
En cualquier caso, elijo la poesía porque el impulso creativo nace, en mi caso, de mi propia experiencia vital y la poesía es el género del yo por excelencia.
Por otra parte, convertir la propia experiencia en lenguaje, en palabras, es una forma de experimentar el mundo desde otro punto de vista. No se trata sólo de revisar o analizar el pasado o de reflexionar ante cada uno de los acontecimientos que se presentan en nuestra existencia. Se trata más bien de mirarlos con otra perspectiva, con otra sensibilidad. Escribir poesía se convierte, en este sentido, en una actitud vital que me permite ponerme en sintonía con la vida.
La poesía sirve también para tomar una mayor conciencia de las emociones, para trasmitirlas, aceptarlas y dejar que la energía que provocan fluya. Es como si se produjera, a través de la poesía, un ensanchamiento espiritual.

¿Qué temas te inspiran más para escribir?

Existen temas universales como el paso del tiempo, la muerte, la naturaleza, el amor, la amistad… que han inspirado a los poetas de todos los tiempos y que, naturalmente, a mí también me han inspirado.
Pero lo que realmente es motivo de inspiración directa para mí, son los acontecimientos de la vida cotidiana, tanto de mi presente como de mi pasado. Vida y literatura están, en mi caso, y en el de tantos otros escritores, indisolublemente unidos.
Mis poemas tienen, por lo común, un carácter narrativo y el lenguaje que empleo, aunque poético, no es nada hermético. No busco crear metáforas intrincadas. Mis poemas no son oscuros ni ornamentales. Como decía antes, utilizo la poesía como una forma de entender mejor la vida. También de desvelar sus misterios. Por eso prefiero utilizar un lenguaje claro, que hace que mis poemas sean fáciles de leer incluso para los lectores no habituales de poesía.
Esto no significa, en absoluto, que no me preocupe por el ritmo o la musicalidad del poema, o por otros aspectos técnicos. Utilizo los elementos formales de la lírica, a pesar de que mi poesía invite al lector a sentirse cómodo.
Pero tú me preguntabas por los temas que inspiran mis poemas y centrándome de nuevo en la pregunta, creo que algo que me ha inspirado mucho son los conflictos emocionales del pasado: el desamor de mis padres, el sentimiento de inadaptación y soledad de la adolescencia, el propio fracaso sentimental, etc. En general, las dificultades del pasado y también del presente y la necesidad de curar el alma.

¿Consideras que un poeta tiene que escribir sólo en los momentos de inspiración o debe tener una disciplina?

Como decía Picasso, “la inspiración existe, pero debe encontrarte trabajando”.
Desde luego, hay momentos en los que me siento inesperadamente tocado por la inspiración, pero ésta acude con más frecuencia en los períodos en los que me esfuerzo diariamente por encontrar ideas nuevas.
La poesía es muy esquiva si no la buscas. Todos poseemos una cierta energía expresiva y a todos nos hacen vibrar determinadas experiencias, como por ejemplo la vivencia de la naturaleza. Un excursionista siente el gozo de subir una montaña y contemplar desde lo alto el valle. Pero intentar captar con palabras ese goce requiere de una cierta audacia, porque aparentemente es imposible. El poeta, sin embargo, siente el impulso de la inspiración y, a menudo, lo consigue. Partiendo de su vivencia, consigue que otros también vibren.

¿Qué tienen en común un poeta, un profesor y un actor?

Esta pregunta me arranca una sonrisa. Me hace recordar algún momento en el que mis alumnos me han insistido en que les leyera algunos de mis poemas, y después de hacerme de rogar un tanto, he utilizado parte de una clase para leerles algo, tomándome mi tiempo para darle toda la intensidad posible. Y al acabar, he recibido un afectuoso aplauso. En ese momento, yo era al mismo tiempo las tres cosas: poeta, profesor y actor. Y como las tres profesiones me fascinan y son tan gratificantes, me he sentido un privilegiado al poder unirlas.
La escritura, la enseñanza y la interpretación son para mí tres regalos de la vida.
Siento también que las tres actividades tienen en común una actitud de entrega absoluta a aquellos a los que va dirigida.

¿Cuándo decidiste que estabas preparado para publicar tu primer libro de poesía?

Al escribir mi libro Regreso he experimentado por primera vez la sensación de madurez literaria. Todo lo que he escrito previamente ha tenido sólo validez como proceso de aprendizaje. Siento sinceramente, que no merecía la pena ser publicado.
Además considero que debo seguir creciendo y madurando como poeta, al tiempo que como persona. Digamos que siento que estoy en un momento de madurez creativa y vital, pero que he de seguir mejorando.

¿Cómo actor, te ha tentado escribir teatro?

Tengo “el veneno del teatro” metido en la sangre. Esto me inclina poderosamente hacia cualquier escenario y aunque hasta ahora no lo he hecho, no descarto en absoluto, escribir algún día teatro.
Sin embargo, me siento más cómodo como poeta en el ámbito de la creación literaria. Y si tuviera que elegir entre escribir teatro o representarlo, no dudaría en escoger subirme a las tablas.

¿Cómo te gustaría que fuera tu vida dentro de diez años?

Me gustaría sentirme igual de enamorado e igual de amado que en estos momentos. ¿Qué otra cosa mejor se le puede pedir a la vida?
Raymond Carver lo expresó maravillosamente en el último poema que escribió antes de morir de cáncer a los 50 años. Se titula “Último fragmento” y pertenece a su libro Un sendero nuevo a la cascada:
“¿Y conseguiste lo que
querías en esta vida?
Lo conseguí.
¿Y qué querías?
Considerarme amado, sentirme
amado sobre la tierra.”

Este poema inspiró uno de los poemas de mi libro y recoge ese deseo universal de amar y ser amado.
Respecto al éxito y al reconocimiento, no voy a negar que resulta alentador, pero lo más importante es sentirse satisfecho con el esfuerzo realizado. Sentir que lo has hecho lo mejor que has podido y que has dado lo mejor de ti mismo.
Y además está la recompensa de haber disfrutado haciendo aquello que te apasiona. No pido más.

¿Por qué la poesía no es hoy en día un género comercial?

La idea de lo comercial está unida también a la idea del éxito, de la que hablábamos. Pero el éxito no es lo más importante, y desde luego, no lo es para un poeta.
No importa que la poesía no sea un género comercial, ni dilucidar por qué no lo es. Lo importante es que siempre habrá gente con la sensibilidad o la predisposición necesaria para disfrutar de la buena poesía.

¿Según tu opinión, cual es el mejor poeta de todos los tiempos?

Cada tiempo y cada sociedad tiene sus mejores poetas, porque tiene sus propios gustos estéticos.
Si me preguntas por los míos y si tengo que elegir a una única persona, elijo a Jaime Gil de Biedma. Y lo hago porque lo considero un maestro, que ha influido trascendentalmente en mi propia obra.
Mientras escribía Regreso releí toda su obra. Y sentí no solamente afinidad (esté es, por cierto el título de un poema del libro que le dedico), sino una auténtica comunión. Sentía que la experiencia que él comunicaba me tocaba muy hondamente, hasta el punto de que, aunque nuestras circunstancias vitales no fueran coincidentes, compartía con él algún tipo de relación íntima.
Puedo afirmar que Regreso nació gracias a Gil de Biedma.
Pero hay tantos grandes poetas de todos los tiempos… Afortunadamente.

Link de la publicación: http://www.azayartmagazine.com/principal/?p=394

o bien http://www.azayartmagazine.com/principal/

jueves, 29 de julio de 2010

Imagínate


Sólo son tres años de diferencia,
tres años en los que aún
tú no habías venido al mundo
y yo ya andaba por aquí.
A los catorce, que es la edad
del primer amor,
tú aún tenías sólo once.
Imposible. Aunque quién sabe,
el primer amor
siempre es muy complicado.
A los diecisiete
ya nada se interponía
en nuestro camino,
y créeme, a esa edad
te necesitaba tanto…
A los veintiuno tampoco
había señales de ti.
Ya había perdido todas mis inseguridades
y hubo por aquellos años
varios encuentros felices,
pero todos ellos equivocados.
Cuántos “lo siento”
he tenido que decir.
Si al menos hubieses llegado
antes de los veintiséis
no habría vivido nunca
el trauma del divorcio.
Y aún faltaban más desencuentros:
a los treinta y cuatro,
a los treinta y seis,
a los treinta y….
Mejor no seguir.
¿Por qué remoloneaste tanto?
Mi vida hubiera sido tan diferente
si hubieses aparecido antes…

lunes, 26 de julio de 2010

Paraíso

Amor mío, no lo dudes,
hay un mundo donde existe el amor,
un mundo donde reina la felicidad
y se vive siempre al borde de la risa,
y todo lo que ven los ojos produce gozo,
el cielo siempre es azul
y la tierra siempre está cubierta de verdor.

Amor mío, escapemos de este mundo
donde no podemos amarnos.
Vamos, mi vida,
dame la mano
y vámonos al paraíso.
.
(De Nuevos poemas)

jueves, 22 de julio de 2010

Excursión


Cuatro días de excursión en bicicleta. Una pequeña aventura para ambos. Estabas un poco asustada porque no te sentías muy en forma. En el programa decía que el tercer día era la etapa más dura, con subidas de mil metros de desnivel. El primer día, casi todo descensos por caminos y pistas de tierra. En el segundo, muchos kilómetros pero poco desnivel. El último, desnivel muy duro pero corto.
Sin embargo, el primer día no fue todo descenso. También hubo ascensiones duras y los caminos estaban llenos de barro. Al menos no hacía mucho frío, a pesar de que los picos de Europa aún continuaban nevados.
El segundo día pedaleamos y pedaleamos durante horas y horas. La ruta era junto al mar, pero subíamos y bajábamos sin parar. Lo más hermoso, atravesar aquellas playas pedaleando sobre la arena. Al final del día se puso a llover a cántaros y terminamos empapados.
Si estas eran las rutas fáciles, pensamos, ¿cómo sería la difícil? Así que aprovechamos el tercer día para descansar, paseando solos por el pueblo, comiendo bien y comprando quesos. Me gustó disfrutar contigo de un día tranquilo.
Último día. Tal y como estaba anunciado, ruta dura pero corta. Atravesamos aldeas perdidas en las montañas.
Y después de esta pequeña aventura, sentir que la vida es fácil a tu lado. La dicha fluyendo entre nuestros cuerpos. Querer compartir contigo otros momentos de belleza. También, por qué no, de sufrimiento. A tu lado será como ir subiendo por un sendero muy empinado, pero sabiendo que al final llegaremos a lo alto de la montaña y podremos contemplar juntos la belleza del valle.
En todo caso, compartir sencillamente cualquier escenario.


martes, 20 de julio de 2010

Madrugada


Me despierto.
Son las cuatro de la madrugada.
A esta hora, mi mente
decide ponerse a funcionar.
Intento reconciliar el sueño,
pero últimamente
las reconciliaciones
no se me dan muy bien.
Me levanto
y miro por la ventana.
Está lloviendo
y me desilusiona no encontrar
la luna de las cuatro de la madrugada.
Recuerdo a mi padre
y me siento triste
pensando en su muerte.
Fue hace muchos años
pero me siento inmensamente triste
como si hubiese muerto
esta madrugada.
Qué enloquecedoramente triste
fue verlo morir.
Dame la mano, me decía,
ayúdame, Juan Carlos,
ayúdame a levantarme.
Papaíto,
no puedes levantarte,
has sufrido un derrame cerebral.
Pero él sólo repetía
una y otra vez,
ayúdame, Juan Carlos,
¡ayúdame!
tengo que levantarme.
Y yo no podía ayudarlo.
No podía,
no podía,
no podía…
Murió esa madrugada,
sin poder decirme adiós,
o sé feliz,
o yo también te quiero.

lunes, 19 de julio de 2010

Malas notas


Cociente intelectual: 128.
Inteligencia general: muy elevada.
La capacidad del alumno se halla
a la altura de los mejores.
Eso decía el informe
del gabinete sicotécnico del colegio
que mi madre blandía
ante los profesores
cuando yo sacaba malas notas.

No, si tonto no es,
pero es un vago.
Podría hacer mucho más
si quisiera.

Se empeñaban en que era listo,
demasiado listo,
pero yo me sentía un idiota.
Me sentaba al final de la clase,
solo,
me distraía con cualquier cosa
y no me interesaba nada
de lo que pasaba allí.

Al final del curso
sacaba malas notas.
Siempre igual.
Lo peor era
cuando las comparaban
con las notas brillantes
de mi hermano.

viernes, 16 de julio de 2010

Entrevista


Juan Carlos Ortega, licenciado en filología hispánica y profesor de literatura, es el autor de Regreso, una obra que toca temas universales de la poesía: el dolor, la felicidad, el paso del tiempo, la muerte, el amor.

P.- Podemos decir que Regreso es un poemario autobiográfico, ¿Es la poesía un arte que requiere de la experiencia y vivencias del autor?
R.- En la poesía de las últimas décadas del siglo XX y en la actual se aprecian dos tendencias dominantes: por un lado la llamada poesía “de la experiencia”, de tono intimista, y de estética realista, con claras influencias de la poesía social de la posguerra, y que desarrolla sus temas partiendo de las vivencias reales del poeta. Por otro lado, la llamada poesía “neo-postnovísima”, más hermética y experimiental que se preocupa mucho por los recursos técnicos y por temas culturales y filosóficos, y que tiene influencia del modernismo, de las vanguardias y de la poesía pura juanramoniana.
Ambas son perfectamente respetables, y desde ambas corrientes se puede hacer una excelente poesía. Pero yo pertenezco muy claramente a la primera, a la poesía “de la experiencia” y es en ella en donde me siento cómodo. Necesito partir de mis vivencias para que aparezca el impulso poético, la necesidad de escribir.
Cuando sufro o cuando disfruto del placer de vivir, surge casi espontáneamente el deseo de plasmarlo con palabras. Y elijo para ello un estilo antirretórico, un tono conversacional que no está reñido en absoluto con los temas trascendentales o las reflexiones profundas. Esto no significa tampoco, que no cuide mi estilo o que no elija bien las palabras. Generalmente, después de escribir un poema, dejo pasar unas horas o unos días, para después revisarlo y pulirlo. Y el proceso se puede repetir varias veces, hasta que sienta que está definitivamente acabado. En este sentido, el tono conversacional, puede considerarse también un artificio.
Jaime Gil de Biedma, figura fundamental de la poesía de los 50, que es también un poeta que podríamos calificar “de la experiencia”, y que utilizaba un tono, a menudo, conversacional, cuidaba exhaustivamente el estilo de sus poemas, y él mismo se consideraba un poeta de creación lenta. Era, desde luego, un poeta tremendamente culto, pero no utilizaba el “culturalismo” en sus poemas.
P.- Tu poesía es muy directa y con pocas metáforas pero muy cargada de sentimientos, quizás para que sea mucho más clara y fácil de leer. ¿Es necesario esto para acercar la poesía al público que aún no lee poesía?
R.- Se suele tener la idea de que la poesía es un género intelectual y de minorías. Pero no debemos olvidar que la poesía es también un género tradicional y que las primeras manifestaciones literarias de nuestra cultura son líricas. El pueblo, la gente sencilla, necesita expresar sus emociones: la felicidad que produce el amor, la tristeza por la ausencia del ser amado, el disfrute de la naturaleza, el miedo a la muerte… Esos temas universales que seguimos tratando los poetas porque seguimos sintiendo la misma necesidad de expresar nuestras emociones.
La poesía no tiene que estar cargada siempre de emociones y sentimientos, pero lo cierto es que a la gente le gusta sentirse emocionado, vibrar por dentro, y la poesía que consigue esto alcanza a la mayoría.
P.- En tu poemario, miras hacia el pasado, especialmente a los momentos difíciles de tu vida, como la adolescencia. ¿En que medida afecta esta mirada retrospectiva a tu presente?
R.- Los seres humanos somos gregarios por naturaleza. Vivimos en sociedad y vivimos en familia. Formamos, por tanto, parte del destino de muchas personas con las cuales estamos de alguna manera directamente relacionados. Particularmente formamos parte de un sistema familiar, del que heredamos los genes, pero también heredamos el inconsciente colectivo de nuestra familia, que tiene la capacidad de ser transmitido de generación en generación. Los conflictos entre los padres, las separaciones traumáticas, la pérdida de seres queridos, etc quedan grabados en ese inconsciente colectivo familiar. Cuando esas situaciones no se han resuelto, reaparecen de alguna manera en generaciones posteriores.
El origen directo de mi poemario fue la crisis adolescente de mi hijo mayor, que produjo una auténtica conmoción familiar. Esto me hizo revivir inmediatamente mi propia crisis adolescente. Mirar al pasado para tratar de comprender mejor el presente. De ahí el título del poemario: Regreso. Pero no sólo hice el esfuerzo de comprender lo que pasó, sino que, al mismo tiempo, intenté ponerme en paz con aquello que produjo dolor para que pudiera fluir y no siguiera afectando y reproduciéndose en mis hijos y quizá en los hijos de mis hijos. Así pues, la poesía, involuntariamente, me ha ayudado a poner en orden mi vida y a reconciliarme con mi pasado.
P.- Fijarse en lo cotidiano, lo pequeño, las pequeñas anécdotas que sirven de reflexión en la vida es lo que encontramos en Regreso. ¿Es la poesía una forma diferente de ver el mundo que nos rodea?
R.- Hay una sensibilidad especial para entender y disfrutar de la poesía y del arte en general. Pero también hay una sensibilidad especial para la vida. Esta sensibilidad no solamente se tiene, también se cultiva y se desarrolla. El placer estético que produce contemplar la naturaleza o el disfrute de las pequeñas vivencias cotidianas, por ejemplo, se valora más cuanto mayor es la sensibilidad, pero también la experiencia y la madurez nos hacen apreciarlo más y mejor.
P.- La poesía quizás sea una de las grandes olvidadas por la historia de la literatura, apenas encontramos libros específicos de historia de la poesía, sin embargo cuando queremos conocer el arraigo de un pueblo a su cultura siempre nos fijamos en su poesía. ¿Se le debería dar más importancia a la poesía dentro de los estudios de literatura?
R.- Hace un par de años, un grupo de alumnos muy especial, que tenía una gran sensibilidad, además de ser un excelente grupo de personas, me pidió que les leyera más poesía en clase. Gracias a esta buena predisposición suya, se nos ocurrió que podíamos empezar todas las clases leyendo unos minutos de poesía, al margen del temario oficial de la asignatura. Esta experiencia fue increíblemente provechosa y gratificante, hasta el punto de que decidí ampliarla a todos los grupos y hoy en día empiezo siempre cada clase leyendo algunos poemas. Obviamente, escojo poetas y poemas de la literatura universal que puedan llegar más fácilmente a chicos de entre 14 y 17 años, que son las edades de los alumnos con los que trabajo. Pero he comprobado que les gusta mucho empezar de esta manera, que después se centran mejor, y que terminan apreciando más la poesía.
Aunque es una experiencia muy personal, animo a otros profesores y, por qué no, a los pedagogos, a darle más tiempo a la poesía en las clases y en los planes de estudio.
P.- Siempre preguntamos a los autores cuáles son sus poetas favoritos y los que más les han influido en su obra.
R.- El primer poeta con el que siento que estoy en deuda es el ya citado Jaime Gil de Biedma. Lo leía mucho mientras escribía Regreso y, de hecho, uno de los poemas del libro está dedicado a él. Se titula “Afinidad”, porque es ese el sentimiento que me despertaba. Sentí que estaba unido a él por una extraña afinidad. En cualquier caso, lo considero un maestro, y me siento emocional y estéticamente unido a él.
También estoy en deuda con los norteamericanos Raymond Carver y Charles Bukowski, con el peruano José Watanabe y el venezolano Eugenio Montejo. A todos ellos los leí mientras estaba escribiendo mi poemario y todos ellos han dejado una huella palpable.
Desde luego, hay muchos otros poetas a los que admiro y que me han influido, pero los citados son los que han estado más presentes mientras creaba Regreso.

Entrevista realizada por Javier Pérez Ayala para la revista "Poesía eres tú"

jueves, 15 de julio de 2010

El azar


Se suspendió el congreso.
Pero nosotros no lo supimos
hasta que no llegamos
a la Universidad de Badajoz.
De haberlo sabido a tiempo
nunca hubiéramos ido.
¿Qué se nos había perdido
a nosotros en esa ciudad?
Entonces,
no habríamos disfrutado
del paseo por la muralla
ni de los jardines de la Alcazaba,
ni del jamón con salmorejo
en las tabernas del casco antiguo,
ni del vinillo de Castelar
que huele a pasas y a especias,
ni habríamos descubierto
aquellos deliciosos baños árabes
donde tú y yo,
a solas,
a la luz de las velas,
entre arcos y celosías,
sumergidos en agua tibia
y envueltos en una música oriental,
nos besamos y nos amamos…
Menos mal que el azar
se empeñó, una vez más,
en hacernos felices.

martes, 13 de julio de 2010

Regalo


Cuando la muerte venga a buscarme
quiero mirarla a la cara
y decirle manrriqueñamente
no perdamos tiempo ya.
Aunque al otro lado
no me espere nadie ni nada
la vida ya fue
suficientemente generosa.
He contemplado hermosas puestas de sol,
he caminado descalzo en la arena de la playa,
disfruté de la sombra de los árboles,
sentí la alegría de subir a la montaña…
La vida me ha hecho esos
y muchos otros regalos.
El mejor de todos fue sentir el amor
y la ternura que surge de él.
Me considero un hombre afortunado.
Me ha gustado mucho estar aquí.
Cuando la muerte venga a buscarme
ojalá me encuentre tumbado al aire libre
bajo las estrellas.
Aunque no importa si la vida
no me concede ese último regalo.

lunes, 12 de julio de 2010

Karma


Nunca había ido a un entierro,
ni a un funeral,
ni a un tanatorio.
Cuando murió la madre de algún amigo
yo no estuve allí,
acompañándolo en el dolor.
Murió mi prima hermana de cáncer
y yo ni aparecí.
Eso también les dolió mucho a mis tíos.
Murió mi abuela,
la madre de mi madre,
y yo continué mis vacaciones en Portugal
como si no hubiese pasado nada.
Hubo otras muertes,
pero siempre encontré excusas para no acudir.

Un día, mi padre, repentinamente,
sufrió un derrame cerebral.
Me avisaron al trabajo
y fui al hospital rogando
para que no fuera nada grave.
Pero estaba muy mal.
Se estaba muriendo
y yo no sabía qué hacer.
Cuando quise darme cuenta
ya estaba en coma
y no había tenido tiempo
de decirle cuánto lo quería
o lo importante que había sido para mí.

Lo del tanatorio fue horrible.
Vino un cura a decir un responso.
Mi padre no era católico
y yo no fui capaz de decirle que se marchara
que dejara al muerto descansar en paz.
Aún me siento muy culpable.
Después, el cementerio
y dejarlo allí para siempre.
Sólo entonces comprendí
lo importante que es saber enfrentarse
con dignidad a la muerte.
Aunque sea la muerte de los demás.

viernes, 9 de julio de 2010

Tristeza


De vez en cuando
la tristeza
llama a la puerta.
Está bien,
pasa,
y quédate
todo el tiempo que quieras.
No te lo tomes
como una provocación
pero tanta felicidad
empezaba a parecerme
aburrida.

Así que
me he puesto a fastidiar
un poco,
a darle demasiado tiempo
a mis obsesiones
y demasiado poco
a mi chica,
hasta que ella
se ha sentido
incapaz
de competir
con todas esas ocupaciones
tan absorbentes
y se ha enfadado.
Entonces la tristeza
ha llamado a la puerta
y la hemos dejado entrar.

Ahora está aquí,
entre nosotros,
como un gato
cariñoso,
dejándose acariciar,
sin prisa.

miércoles, 7 de julio de 2010

Cuentas pendientes


Después de mi ruptura matrimonial
tuve varias novias.
Todas ellas me quisieron,
y yo también las quise.
Pero tarde o temprano
las terminé abandonando,
y todas se sintieron defraudadas,
injustamente tratadas
y heridas.
Salía de sus vidas,
porque no me sentía feliz,
como tampoco lo fueron mis padres.
Pero ellos aguantaron,
y yo no quería ser igual.
Quizá quisiera demostrar
que podía hacerlo mejor
y sólo conseguía
serles fiel en la infelicidad.

Sólo una vez
alguien me pidió que lo dejáramos.
Aquella preciosa muchacha
de veinte años
a la que yo doblaba la edad.
Pero aquel flechazo
sólo duró tres meses
y aunque fue hermoso y romántico,
los dos sabíamos que no iba a durar
y que cualquier día
uno de los dos se marcharía
y el otro no pediría explicaciones.
Hasta casi me alegré
de que se decidiera ella,
a pesar de que yo hubiera preferido
disfrutar un poco más
de aquel amor.
Así que, realmente,
no me sentí defraudado
ni injustamente tratado
ni herido.

Las cuentas siguen pendientes
y no sé cómo voy a pagar
tantas heridas,
tanto daño causado.
Ahora temo que la vida,
tarde o temprano,
termine ajustándome las cuentas.

lunes, 5 de julio de 2010

La ducha


Pongo el agua a la temperatura adecuada
y en la esponja
una buena cantidad de gel de baño
que a ella siempre le parece mucha.
Enjabono su espalda,
la froto vigorosamente.
Después se da la vuelta
y continúo más suavemente
enjabonando sus brazos y axilas,
su pecho, su vientre,
sus piernas,
hasta llegar, ya arrodillado
a sus pies.

Empezó siendo un ritual
de seducción.
Hoy me siento, al realizarlo,
simplemente
enamorado.

sábado, 3 de julio de 2010

El mundillo literario


Escribes.
Bien o mal,
pero escribes.
No lo haces por dinero.
Ni se te pasa por la cabeza
ganar dinero con lo que escribes.
Escribes porque lees,
porque has leído siempre,
desde que tienes uso de razón.
Y todo lo que has leído
denodadamente
ha sido un acicate para escribir.
Tú, como ellos,
también persigues la belleza,
la plenitud.
Escribes
venciendo el miedo
a no ser bueno.
Tú no puedes decírtelo a ti mismo.
La confianza en uno mismo
está bien,
es necesaria,
pero no suficiente.
En algún momento vas a necesitar
que alguien te juzgue.
Entonces vas a las editoriales.
Les llevas lo que has escrito.
Pero eres un don nadie.
Sería un milagro que se molestaran
en leerlo.
Lo intentas con los premios literarios.
Te presentas a varios.
Esperas con expectación
y, dependiendo de tu ingenuidad,
incluso con ilusión,
el fallo.
Pero finalmente
gana gente importante,
escritores consagrados,
con una vasta obra.
Desconfías.
Desconfías de la imparcialidad
del jurado
y, si no eres fuerte,
desconfías de ti mismo.
Te sientes un imbécil.

Después vuelves a leer
algo muy bueno.
Sientes la llamada.
Y escribes.