martes, 29 de agosto de 2017

La música


¡Oh! ¡Cuánto amor!
Escuchadla. Sentid el placer
de la condición divina.
¡Oh! ¡Cuánta belleza!

Estalla entre mis sienes,
desgarra el instante
con toda su metafísica
con sus revelaciones,
me mece, me acaricia,
me recorre como lluvia torrencial,
me estremece.

Mi espíritu sale volando
y baila en el vacío,
libre del mundo
y de sus castigos
libre del recuerdo de no ser amado
libre de los monstruos inventados por mí
de las ideas locas
del mito aciago
de lo ilusorio.

No hay felicidad comparable
que la contenida en la música.
Cuánta sabiduría
en las ondulaciones de su ritmo.
Cuánta poesía en sus acordes.
¡Cuánto amor en la música!

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