Las cosas evidentes
tienen su propia fuerza.
Envejecemos
a un ritmo que se acelera.
Es así de sencillo
así de fácil.
El tiempo se ha cernido sobre mí
y ha ejercido su oficio transformador.
Pero no tengo nada de qué quejarme.
Cuando era joven
me fue más difícil.
El conocimiento de las cosas de la vida
me ha traído serenidad
y me ha vuelto más humilde
más razonable.
Con la edad me he ido liberando
de antiguos sufrimientos.
Por lo demás, aún estoy vivo
agradecido por todos los años vividos.
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