
En estos días
estoy poniendo en orden mi vida
como si me preparara para la muerte,
igual que hizo Raymond Carver
después de que el médico le dijo
que lo tenía mal mal de verdad.
Afortunadamente yo no estoy enfermo
ni tengo ninguna intención de morir
por ahora.
Espero tardar algún tiempo en encontrar
el sendero nuevo a la cascada.
Y sin embargo,
estoy poniendo en orden mi vida
y lo hago, igual que Carver
a través de la poesía.
Regreso a todos aquellos lugares
por los que anduve algún día
con paso incierto
o claramente torpe
y trato de poner las cosas en su sitio,
donde siempre debieron estar.
Aunque siga teniendo el tiempo a mi favor
y no haya llegado aún la hora
de ponerme en camino,
quiero empezar desde hoy
a pedir perdón por mis errores
y dar las gracias por las dádivas recibidas.
Y tú, amor mío,
abrázame con fuerza
y bésame en la boca
con todo tu amor,
como si fuera un beso de despedida,
que yo también quiero sentirme
amado sobre la tierra.