miércoles, 28 de febrero de 2018

Nunca regresaste a casa


Nunca regresaste a casa
donde tu mujer y tus hijos te esperaban
y no puedo ni imaginar
qué clase de ausencia dejaste
en su corazón.
Te fuiste para no regresar.
Buscabas que tus hijos heredaran
un futuro mejor
y nada sucedió como deseabas.
La guerra civil decidió el destino familiar
truncó el amor
y lo convirtió en pena
masticada durante años.
Tu ausencia acompañó a tu viuda
y a tus huérfanos
que tuvieron que buscar
quien les ofreciera alimento y amparo
y un poco de consuelo,
pero nadie te pudo reemplazar.

Han pasado muchos años,
ya han acabado las miserias
que tuvieron que soportar.
Hace tiempo que ellos
murieron también.
Es hora de dejar atrás el pasado
y la angustia
es hora de regresar
aunque solo sea a mi memoria
y a mi corazón
donde puedes permanecer con amor
y descansar al fin en paz.

A mi abuelo Luis Ortega López

1 comentario:

  1. Deseaba saludarte, Juan. Hace mucho que no dialogamos. Poeta, amigo. Abrazo.

    ResponderEliminar