domingo, 3 de enero de 2016

El recuerdo que no tengo de ti


Cómo me acuerdo
de aquella noche que no vivimos.
De pronto se me agolpa en la memoria
aquella excitación
que no vi en tu cuerpo
y que no te hizo fruncir la boca
con los labios entreabiertos.
En aquellas pocas horas
no hubo discretos trámites del deseo
y nuestra conciencia no luchó
reivindicando el vértigo.
Eras tú la que no se insinuaba
con el ritmo de tu cuerpo
y no te acercabas poco a poco
como prueba de complicidad.
Faltó el deleite de tus manos
que no me hostigaron a ciegas
no me asedió tu cuerpo
ni escuché tus jadeos
en la batalla del amor.
No musitaste en mi oído
que fantasearías conmigo
a partir de esa noche cómplice
y que nunca te olvidarías de mí.

El destino tortuoso
quiso que no nos fundiéramos
en un solo cuerpo
y que no tuviéramos que separarnos
en la furtiva madrugada.
Cómo me acuerdo
de aquella noche de premura
en la que no te tuve
en la que tuviste la voluntad
de no amarme.
Qué importa que ya
no te haya perdido para siempre.

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