Al amanecer

Al amanecer
mis pensamientos y yo
permanecemos en silencio.
Hemos charlado sobre la felicidad,
no solo la mía
sino la de todos los seres vivientes
de los que no me siento separado,
buscando la paz del mundo.
Llega la luz del día
y es necesario que mis pensamientos
retornen a sus cosas.

Medito

Medito antes de que amanezca
y el día agite mis preocupaciones.
Aún con los ojos cerrados
percibo la luna a través de la ventana.
No importa que estemos separados
por miles de kilómetros.
Yo siento que me abraza
y me lleno de alegría
con la simple comprensión
de estar iluminado por sus rayos.

Amo la paz del amanecer

Amo la paz del amanecer
cuando el nuevo día
comienza a abrirse.

Se diría que el cielo está deseoso
de derramar sobre mí
su luz purificadora
o como si emergiese la energía de la tierra
que dormía en la noche
y fluyera como un río
a través de mi cuerpo.

Amo la paz del amanecer
cuando ningún ruido
me impide escuchar mi corazón
que al compás
se llena de gozo.

Pronto amanecerá

Pronto amanecerá.
Mis pensamientos tienen su propia vida.
Aparecen en desorden
y se van sin dejar rastro
cada uno por su lado.
Es hora de calmarlos.
No es necesario que mueran
solo que prosigan su camino
y dejen mi mente en reposo.
Uno a uno salen también
los sentimientos de mi corazón
que tiñen mi ánimo.
Desligado de ellos
mi alma parece dispuesta a volar
pero mi cuerpo la retiene.
Permanezco en silencio, inmóvil,
libre de preocupaciones terrenales.

El nuevo día me da la bienvenida
y me invita a regresar al mundo.