jueves, 22 de agosto de 2013

El duende de los deseos


En el bosquecillo
hay un duende de los deseos.
Vive entre los árboles,
se esconde en el follaje
y no es fácil encontrarlo.
Los amantes furtivos
que se atreven a buscarlo
descubren que ha desaparecido.
Pero él los espía en la sombra.
Es delicioso escuchar
el latido del corazón de los enamorados,
oler la fragancia de su amor,
contemplar sus bocas mezclándose,
imaginar el tacto de terciopelo de sus caricias.

Ellos no ven al duende de los deseos
pero sienten su presencia
y han venido hasta el bosque
para pedirle algo.
Los pájaros y los insectos
enmudecen un instante.
El duende escucha su secreto deseo
en silencio.
Después vuelven a besarse durante largo tiempo,
y finalmente, se alejan
cogidos de la mano.

3 comentarios:

  1. ¡Precioso, amigo! Y no sabés lo bien que me viene justo ahora que estoy buscando textos sobre duendes para un encuentro de narración oral. ¿Puedo narrarlo en ese evento? Será un hermosa forma de estar presente vos también, aunque a tantos kilómetros. ¡Qué poderosa la palabra! Atraviesa espacios y tiempos como sí nada.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto, Ana, será un honor.
    Gracias.
    Efectivamente, la palabra, la poesía, atraviesa el tiempo y el espacio.
    Un abrazo y una sonrisa.

    ResponderEliminar
  3. Hermoso poema... que manera tan bella de expresar lo que es el deseo. Que en cuanto lo buscas, no esta y si lo encuentras pues ya el deseo desaparece... Hermoso! Un abrazo poeta!!

    ResponderEliminar