Mi pequeño bebé,
siempre estoy hablando de ti.
Pero es que tú estás aquí
todo el tiempo
en el centro de todo.
Todos los días encima de mí,
con tu cuerpecillo
constantemente a la vista.
Compréndelo,
las ideas me vienen a la cabeza
y, por supuesto, escribo.
Es superior a mí,
una cosa de locos.
Sé paciente,
te ha tocado ser
el hijo de un poeta.
Y no hay manera de huir.
Es una preciosidad.... Es maravilloso que escribas sobre las emociones que supone la paternidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Laura. La paternidad es maravillosa. Un abrazo y una sonrisa.
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