Trate de llevar siempre la razón.
Defiéndala contra viento y marea.
Ridiculice, búrlese,
haga escarnio de los argumentos contrarios.
No escuche.
Si hace falta, alce la voz.
Basta con un estallido de cólera
para salirse con la suya.
Diga siempre la última palabra.
Qué solo exista una verdad: la suya.
Por supuesto, le odiarán
y le guardarán rencor y resentimiento.
Pero recuerde que lo importante
es llevar siempre la razón.
ORIGINAL, JUAN. CUANTA CREACION, GANAS Y BUSQUEDA... ABRAZO.
ResponderEliminarGanas de crear no me faltan. Un abrazo y una sonrisa, Gustavo.
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