lunes, 10 de agosto de 2015

Bautismo


El río está lleno de piedras resbaladizas
que duermen en el fondo del agua.
Son como problemas ocultos.
Duelen.
Pero hay alguien cerca de nosotros
que no permite que nos arrastre la corriente,
alguien vigilante
que se mantiene a tu lado,
en la cercanía del corazón,
cuando te sumerges en la corriente,
que espera a que tengas la voluntad de salir
cuando te quedes sin aire
y sientas la desesperación de respirar
a pleno pulmón,
como una explosión a la vida.

El río lentamente
se lleva el dolor y la angustia
y te preparas para salir
a una nueva y mejor realidad,
junto a aquellos que se alegran
de que existas.

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