viernes, 7 de agosto de 2015

La incertidumbre


Yo no sabía que la incertidumbre
estaba tan fresca como una flor
a las seis de la mañana.
Ha pasado toda la noche conmigo
en silencio, a poca distancia,
mirándome como una lechuza en una rama.
Yo estaba a punto de rendirme
al sueño y ella, de pronto,
se ha puesto a cantar
con la luz del nuevo día.
Insólito.
He intentado cobijarme inútilmente
debajo de las sábanas
pero la maldita e implacable incertidumbre
no dejaba de cantar
como si quisiera mantenerme despierto.

Yo no sabía que la incertidumbre
era tan pesada.
Supongo que algo va a pasar.

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